Ponte en situación.
Estás sentado en el sofá haciendo zapping. Buscas una película de domingo tarde, sin demasiadas expectativas.
De repente, algo te llama la atención.
Has encontrado una película que parece que te va a gustar. Está ambientada en un futuro no muy lejano. Te fijas, sobre todo, en una fábrica. Es una fábrica inteligente (o smart factory).
¿Cómo es esta fábrica? ¿Cómo te la imaginas?
Transformación digital.
Dos palabras que son tendencia.
Todo el mundo habla de transformación digital.
Puede que hasta hayas tenido la sensación que empiezas a estar un poco harto de este concepto.
Es lógico.
Lo cierto es que este concepto es el protagonista de infinidad de titulares, charlas, cursos, estudios… Y a menudo tengo la sensación que existe cierta infoxicación (o lo que es lo mismo: intoxicación de información).
Por eso he grabado el vídeo de hoy. Porque yo soy de los que piensa que menos es más.
Si algo he aprendido de la Industria 4.0 es que su adopción no es ni tan sencilla ni tan rápida como un simple chasquido de dedos.
Todo proceso complejo como este conlleva un tiempo y un esfuerzo significativos que hay que tener en cuenta.
Lo que sí que es cierto es que el camino es tanto o más satisfactorio que la llegada a la meta.
Hoy te cuento cómo es este camino y qué paradas son las que te vas a encontrar. Mi consejo es que cuando empieces, trates de disfrutar del viaje, te aseguro que vale la pena.
Cuando hablamos de Industria 4.0 inevitablemente pensamos en datos.
Es cierto que gracias a las tecnologías con las que contamos podemos obtener gran cantidad de datos.
Pero ¡ojo!, si nos quedamos solo con los datos y no damos un paso más, no tenemos NADA.
¿Por qué?
Pues porque los datos son como un diamante en bruto, es una maravilla tenerlos, pero hay que pulirlos para conseguir que sean útiles.
Hoy te voy a hablar de Industria 4.0, pero antes deja que te haga una pregunta:
¿A ti también te pasa que lees tanta información sobre algo que al final ya no eres capaz de discernir lo importante? Pues esto que te pasa tiene un nombre: la infoxicación.
El mundo de Internet tiene muchas ventajas, sin ninguna duda. Una de ellas es que tenemos acceso a todo tipo de contenido de manera inmediata.
¡Y eso es fantástico! Pero esta infoxicación representa una gran desventaja.
Porque lo que a veces necesitamos es simplificar y, de lo contrario, lo único que conseguimos, buscando y rebuscando en Internet, es confundirnos más.
Se dice que los datos son el petróleo del siglo XXI. Y no es para menos.
La realidad es que la información es un bien muy preciado dentro de algunas fábricas y negocios. Y por este motivo es imprescindible tomar medidas concretas que garanticen su seguridad.
Es aquí donde hablamos del concepto de ciberseguridad. No es para nada un concepto nuevo, pero lo cierto es que en los últimos años ha habido un auge de empresas que se han puesto las pilas en este sentido.
Cuando hablamos de ciberseguridad nos referimos a los procedimientos y herramientas a implementar para proteger la información que se genera en los dispositivos de una empresa: desde computadores y servidores a dispositivos móviles, redes o sistemas electrónicos.
El otro día estaba en una fábrica analizando el proceso de producción de la misma. En un momento dado, vi a un maquinista parado delante de una máquina, me acerqué y le pregunté qué estaba haciendo.
Hace pocos días un cliente me hizo una pregunta que no era la primera vez que me hacían. Yo le estaba enumerando una por una las ventajas que representa la implementación del Internet de las Cosas (IoT) en una empresa, admito que en ese momento yo había cogido carrerilla, ¡es un tema que me apasiona!
Detecto en mi día a día cierta confusión con relación a los conceptos de digitalización y de Industria 4.0. Hay quien cree que es exactamente lo mismo y… ¡Nada más lejos de la realidad!. De entrada, conviene saber que cuando hablamos de digitalización nos referimos a la Industria 3.0 y, por lo tanto, no tiene nada que ver con la Industria 4.0.
El hype del IoT empezó sobre el 2013 y se nos empezó a vender la moto con la idea que en 2020 habría 30 mil millones de cosas conectadas a Internet. Hay algunos que dicen que el hype ha pasado, aunque Google Trends no dice lo mismo, pero…¿Cuántos dispositivos conectados realmente en 2021?